Para cambiar la vida es preciso cambiar primero la forma de nacer.
Michel Odent
Es sabido que la tecnología ha salvado muchas vidas, pero también es sabido que ha ocasionado muchas muertes. El parto humanizado no va en contra de la tecnología; va en contra de la mala utilización que en la mayoría de las instituciones médicas de América Latina se hace de ella.
La propuesta de humanización del parto y el nacimiento se basa en el respeto a los derechos humanos, busca cambiar la idea de que el embarazo y el parto son una enfermedad y, sobre todo, es un requisito para un parto saludable y una bienvenida amorosa a las nuevas personas que llegan a este mundo.
La pregunta no es si esos cambios son necesarios y si deben hacerse, sino cuándo se harán. La humanización del parto y el nacimiento es un movimiento mundial que poco a poco va creciendo y obteniendo el reconocimiento de cada vez más personas en el mundo y, lentamente, va ganando espacio entre los organismos estatales y multilaterales relacionados con la salud y la infancia.
Pasos para el parto y nacimiento humanizados:
- Hacer respetar los derechos y el rol protagónico de la mujer que pare y el bebé que nace.
- Erradicar todas las formas de violencia en la atención del embarazo, parto y nacimiento. Formar y capacitar al personal de salud, tanto profesional como administrativo, con el fin de humanizar la atención, para que respete y dignifique a las mujeres en su calidad de usuarias de los servicios de salud. Eliminar la violencia creando ambientes agradables donde las mujeres se sientan amadas, acompañadas, respetadas, en su intimidad, que pueden expresar sus necesidades logrando ser las verdaderas protagonistas de su maternidad.
- Fomentar, mejorar y crear mecanismos de denuncia al alcance de las mujeres. Las mujeres deben sentirse apoyadas y estimuladas a denunciar servicios y/o prestadores de salud que no brindan una atención de calidad.
- Crear espacios para la participación activa de las mujeres en la atención materno-perinatal y en la elaboración y evaluación de políticas. Solo con una verdadera participación de las usuarias de los servicios podrá establecerse un sistema democrático. No es suficiente solamente brindar la información a las usuarias.
- Revisar las tecnologías utilizadas y evaluar las nuevas antes de su incorporación en la atención materno-infantil. Luego de introducidas esas tecnologías es muy dificil dejar de usarlas aunque se demuestre que son inútiles. Por eso se debe exigir amplias investigaciones sobre la eficiencia y eficacia de los métodos antes de su introducción, comparando con otros métodos tradicionales y biológicos, de menor impacto para poder elegir con base en criterios científicos y de mayor utilidad real para la mujer, protagonista del proceso.
- Lograr una atenciòn del embarazo, parto y nacimiento integral, de calidad y sin discriminaciones. Se debe facilitar que la mujer pueda elegir y mantener el mismo grupo de profesionales que la asitió durante todo el proceso de su gestación, para que la acompañe en el parto, permitiéndole seleccionar el lugar en que será asistido su parto.
- Buscar alternativas y opciones diferentes para la atención del embarazo, parto y nacimiento. El objetivo es que las mujeres y sus familias tengan opciones para elegir verdaderamente la forma en que será atendido su parto.
- Capacitar de manera permanente (con evidencia científica y sabiduría ancestral) a las personas encargadas de los servicios de salud.
- Conocer la realidad de la atención del parto y el nacimiento. Mediante una investigación inter y multidisciplinaria que incluya la visión de las usuarias como la principal fuente de información, ya que son ellas las que realmente viven esa experiencia. Estas investigaciones ayudarán a proponer nuevas alternativas, basadas en las costumbres, necesidades y expectativas de las mujeres de cada localidad o región.
Puedes leer esta nota completa en el sitio web de Saber Nacer
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