El embarazo es un tiempo hermoso y emocionante en la vida de las mujeres 
y la danza oriental puede ser una forma maravillosa de ejercitarse, 
que ofrece grandes beneficios psicológicos y físicos.

martes, 13 de julio de 2010

Algunos aspectos de la cesárea en México

En México, igual que en muchos otros países de América Latina el avance de la tecnología unido a la práctica médica ha dado como consecuencia que el uso indiscriminado de la operación cesárea se haya convertido en una epidemia que amenaza la vida de las mujeres y de sus hijos ya que de acuerdo a especialistas el riesgo de muerte de la madre se incrementa de 7 a 10 veces con respecto del parto normal, mientras el costo económico se triplica.

En 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que no más de 15 % de los embarazos deberían concluir con una cesárea, con base en los indicadores de países que reportan bajas tasas de mortalidad, como son los europeos y sobre todo los escandinavos, que logran niveles de hasta 10 %.

Sin embargo, en México la frecuencia de la operación cesárea ha aumentado en forma constante desde los años 50, cuando 2 a 3% de los embarazos se resolvían con ese procedimiento. Para los años 80 la frecuencia ya era de más de 30 % en hospitales generales y de 42 % en las unidades de alta especialidad. Un reporte de 2005 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indica que en ese año 43.5 % de los embarazos concluyó con una cesárea

Las cesáreas en México se han incrementado considerablemente en los últimos 10 años, en particular en las instituciones de la seguridad social y en el sector privado. Dicho incremento ha sido de poco más de 1% anual, pero en algunas instituciones públicas (IMSS, ISSSTE) y en el sector privado la tendencia al alza es todavía mayor. Actualmente, el porcentaje es más o menos el mismo en las instituciones públicas, pero en el sector privado llega hasta entre 80 y 85 por ciento.

Son muchas las razones que se han establecido para explicar este alto índice de cesáreas en México:

La creencia de los prestadores de salud en que es un procedimiento mas seguro que el parto vaginal pues está exenta de riesgos tanto para la madre como para el bebé

El perfil del especialista juega también un papel central. Muchos obstetras, formados en ambientes cada vez más intervencionistas, están mejor capacitados para atender partos quirúrgicos que para atender nacimientos que podrían efectuarse de manera segura por vía vaginal.

La creciente edad de las madres

Avance de la ciencia y la tecnología médicas, los equipos modernos que han permitido mejorar la práctica de la cirugía y concluir un proceso de la manera más sencilla posible y, aparentemente, sin complicaciones, además de mayor capacidad tecnológica para detectar sufrimiento fetal.

La preferencia de ciertos sectores de la sociedad.

Diversos incentivos económicos relacionados con los seguros médicos privados.

Temor entre médicos y mujeres. En los años 70 la atención de los médicos estaba centrada en el supuesto riesgo de lesión cerebral en el momento del parto. Sin embargo, a más de 30 años, las estadísticas dan cuenta de que el número de niños con este tipo de problema sigue siendo el mismo.

La carencia de equipo y personal persiste en los hospitales del país, en particular en las zonas rurales, lo que dificulta cualquier estrategia encaminada a abatir el número de cesáreas. A ello habrá que sumar que, en los lugares donde sí los hay, los servicios de salud están rebasados por la alta demanda de atención.

La inducción a las mujeres para que prefieran la cesárea con el fin de evitar el dolor.

Múltiples razones físicas como son desproporción céfalo-pélvica, sufrimiento fetal y cesárea previa, o cesáreas programadas en base a otras causas como son: poco líquido amniótico, bebé grande, placenta calcificada, circular de cordón o falta de encajamiento, a veces desde la semana 38, mujer mayor de 35 años o menor de 17, entre otras que no están justificadas como causantes de cesáreas.

El aumento de las cesáreas que no tienen justificación clínica preocupa a las autoridades sanitarias y a los prestadores de servicios de salud porque eleva los costos de la atención médica, y expone a la madre y al bebé a riesgos innecesarios.

Red Michoacana por la Humanización y Dignificación del Parto y el nacimiento. “Saber Nacer”. Diciembre del 2008.

Puedes leer el texto completo en http://sabernacer.blogspot.com/

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